2006/01/20

Tengo la espalda muy mal

Pero una gran, vida social... puede decirse que esto resume a la perfección la última semana pero como una intenta vitaminarse y supermineralizarse, pues trata de hacer varias cosas a la vez qué se le va a hacer.

Ayer blogueando, porque la verdad es que yo ya no navego y los americanos seguro que han creado el verbo; encontré un artículo relacionado con los cuadernos estos en los que escribía Hemingway los de la marca Moleskine, que mira tú por donde, si este hombre hubiera vivido en la época actual escribiendo tan bien como siempre lo hizo, pues el alcoholismo se lo hubiera financiado un contrato no ya con cualquier periódico o editorial, sino el patrocinio de dichos cuadernos y eso que él fue de los más mindundis en utilizarlo.

Lo que era un mero instrumento de trabajo en aquella época en que no había pdas, ibooks, grabadoras y demás se ha acabado convirtiendo en un objeto fetichista donde los haya, y no creo yo que si uno quiere escribir bien por hacerlo en un determinado cuaderno le vaya a venir la inspiración divina, pero allá cada cual con sus ansias de gloria.

Y es que el tema de los cuadernos debe ser muy recurrente porque Paul Auster en La noche del Oráculo también hace que el protagonista tenga una extraña relación entre su capacidad creativa y unos determinados cuadernos azules.

Si tengo que elegir entre Hemingway y Auster, pues sintiéndolo mucho me quedo con el primero por varias razones:

- Porque era muy bueno escribiendo novela, tenía una técnica narrativa muy buena y sus dramas eran geniales, son de esos libros que te enganchan y te los lees de un tirón.
- Porque era genial periodísticamente hablando, ya sé que, como a Gabriel García Márquez, la gloria les han llegado por otras vías, pero en ambos se puede confirmar la categoría profesional y la visión privilegiada de varias épocas y hechos cruciales de la historia reciente que han sabido transmitir de una manera fiel y objetiva (a mi parecer).
- Porque me gustan los personajes decadentes y malditos que son geniales y a los que esa misma genialidad le lleva en el ocaso de sus días a poseer una biografía digna de ser contada, y en este caso mucho más. Miembro de la Generación Perdida, reportero de prensa en España en la Guerra Civil, en Francia en la ocupación... toda esa vida debía de ser apasionante; sus conversaciones con Gertrude Stein y su amante, en fin, que no me extraña que acabara como acabó el hombre..

De todas maneras Auster está bien, se lee fácil es más ameno y coetáneo a nosotros y sus temas y personajes reflejan situaciones tan universales que te puedes sentir identificado con ellos cuando menos te lo esperas; que si no estás muy acostumbrado a leer es una buena iniciación, no vas a empezas directamente con Kundera, sino te puedes morir a la segunda página. Y que conste que una es consumidora adicta a los Best-Seller, que a mi Ken Follet me encanta y Matilde Asensi también.

Canción del día:

Norwegian Wood – The Beatles

¿Por qué ésta y no otra? Porque si te lees Tokio Blues descubres que es su título original y claro Haruki Murakami ha elegido la canción que más me gusta de los Beatles para bautizar la novela más “in” del año, y Charlie me la ha dejado, y a mí me ha encantado porque la novela es como una peli japonesa, fría, donde los silencios y lo no dicho es igual de importante que lo que se cuenta donde puedes notar como el tiempo transcurre de otra manera, a otro ritmo diferente de la aceleración que todos llevamos actualmente. Se trata de una novela de sentimiento y no de acción de esas de leer en una tarde de invierno calentito en casa.

www.lyricsfreak.com/b/beatles/14782.html

2 comentarios:

José Luis dijo...

Ros, yo voto por Paul Auster (mi amigo Rafa y yo tenemos acuñada incluso una frase que dice "Conexión Paul Auster" - ya la explicaré un día en el blog) y debo decirte que yo tengo una moleskine...
Besazos, guapa.
Alejo.

José Luis dijo...

Ah! Se me olvidaba decirte que me encanta tu sección "Canción del día"...
+ Besazos, guapa.
Alejo.