Todo está encadenado

Eso es lo que reza el claim de Syriana. Y ciertamente todo está encadenado, los temas tratados, amor y dinero... muerte uniéndolos a través de toda la película, situaciones que nos recuerdan a Endesa en España u otras similares en el mundo en el que nos regimos y en el cual esta película es aceptada dentro de lo "políticamente incorrecto para demostrar que podemos ser tolerantes"... en fin todo se repite, todo es cíclico y nos demuestra que somos erráticos y caemos siempre en los mismos errores.

Pérez Reverte también habla de guerra, de muerte y de amor en su última novela. Antes escribía con tramas complejas, creando redes entre los personajes, sustentando unas historias que se mantenían casi en un hilo ya que su autor tenía que simultanear la tarea de la escritura con la de reportero de guerra o periodista televisivo. En esos libros te enganchabas, eran de lectura rápida, de tirón, pura y dura acción, como una película. En los últimos tiempos se ha hecho mayor, ya no cuenta hechos en sí historia a toda prisa sino que se recrea en el contenido; ahora habla de aquello que vivía hace ya años, ahora redescubre el horror al poder tener tiempo para asimilarlo sin tener que simultanearlo con nada más. Ahora escribe actos, obras de teatro donde se analizan sentimientos y desgracias, las mismas desgracias encadenadas de Syriana... todo se repite, todo se recrea, todo acaba siempre igual: mal, para la película, para el libro, para el mundo en general.

Y a pesar de todo está bien el libro, a pesar de que cuando te gusta ves que ahora va de sobradillo y, si el año pasado estuvo en México, en la feria del libro presentando un libro, ahora nos tiene que demostrar todo lo que vió durante ese viaje en el último libro, todo salpicado de las imágenes que estudiadas para la serie de Alatriste. Porque a Pérez Reverte, ese hombre que consiguió que otro P.R., Javier perdiera para siempre su primer apellido si quería seguir vendiendo libros..., ese hombre tiene un gran ego, como suelen tener todos los periodistas, y le gusta la demostración excesiva de sus conocimientos, el yo más y mejor, el retar a alguien a que le desafíe en el conocimiento., y a mi me gusta para qué negarlo, si me gustaría poder ser así pero claro una es consciente de sus limitaciones y frena ante un enemigo mayor la mayoría de las veces y ultimamente no me apetece ni siquiera discutir, antes me gustaba el conflicto como desencadenante de conversaciones amenas, ahora lo evito para no despertar suspicacias más allá de la pura conversación... me estaré haciendo vieja.

Así que me gusta El pintor de batallas pero como siempre que hablo de alguien tengo que contraponerlo a otra cosa o persona o actividad, en este caso, enfrentaría a Pérez Reverte frente a Muñoz Molina, que es su antítesis total. Este hombre que se diluye en sus libros, que habla y descubre la historia poco a poco y no siempre de manera sencilla hace que te lleguen más sus novelas a pesar de ser un poquito más duras que las del otro: de este modo, El invierno en Lisboa, Plenilunio o Sefarad ofrecen la dualidad que todos llevamos dentro, los ganadores, los perdedores, la explicación de la irracionalidad del ser humano en Sefarad, pero todo esto desde la humildad que solamente alguien muy seguro de si mismo puede tener como es Muñoz Molina... o quizás porque su contrapunto personal le salva de tener que ir de estrella por la vida: él se refugia en Elvira Lindo para estos menesteres.

Buenoooooo defnitivamente perdí la cabeza, lo dejo.

Canción del día:

Don't look back in anger- Oasis