Parecía un juego y sin embargo no lo era, parecía una apacible tarde de verano en la que dos amigos jugaban... y sin embargo era una pesadilla hecha realidad... el barco de recreo alquilado por dos duros tenía una fuga que se convirtió en un molesto ruido al comienzo para terminar en una explosión.
Hubo dos de ellos que no salieron a flote, y aquéllos que salieron nadaban furiosamente contracorriente para evitar ser llevados por el hundimiento del barco.
Cuando yo me acerqué a la playa pensé en eso... míralos como chapotean me dije a mí mismo... no me gusta que la gente nade haciendo mucho escándalo... por qué no se irán a otro lugar a molestar... seguro que son una panda de jóvenes pasados...
Cuando yo me acerqué a la playa a disfrutar de una apacible tarde de verano no tenía ni idea de que lo que a mí me parecía un juego era una tragedia.
5 comentarios:
Que diferentes son las cosas según quien las mire. Lo que cuentas, ocurre a menudo en la vida diaria, aunque no llevados a extremos tan trágicos. Deberíamos de ser más comprensivos. A saber porque ese va tan sucio, o el de más allá lleva sangre en el cuello de la camisa... pero siempre pensamos lo peor.
Besos
sip, mira tu el pijo este español que ha matado a su pobre niña de dos añitos... en fin....
salu2 a los 2
Paradojas de la envidia. ¡Muy chulo!
No sé si reirme, o meditar sobre lo que dice funks de la envidia...
Le hubiera puesto una banda sonora a tu relato. El sinkin´ soon de Norah Jones
me parece muy buena elección yunza
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