2008/04/25

Elegy, Coixet y Roth

He visto Elegy... y he vuelto a llorar a mares. Me pasa como con el pasaje del terror, sé que es mentira, pero cada vez me acojona más. Pues con Coixet es lo mismo, sé que no es para tanto, que esta vez ni siquiera el texto era suyo... pero lloro, en esta ocasión precisamente por el tema.

Me gusta Coixet con sus textos propios, con sus guiones porque hace cine de autor. Creo que ya he comentado esto antes pero, sus personajes son consistentes, son buenos, malos, están bien o están mal y tienen una historia, estarán jodidos, tendrán un pasado oscuro pero no tienen grietas. Si para conformar el relato Almodovar consigue que sus historias sean surrealistas pero optimistas y lo hace gracias a su propio universo, colores y temas, Coixet (de la misma productora) lo consigue gracias también a su forma de rodar específica. La luz de sus películas, la textura de las pieles de sus personajes que son reales y no perfectas, los medios y primeros planos que concentran la historia en los personajes, el optimismo que reflejan dentro de su propia amargura o la lluvia, punto de inflexión en todas las películas que yo recuerdo de ella junto al punto melancólico que aporta la música. Me gusta Coixet porque puede ser previsible pero ha creado un universo propio que a mí personalmente me atrae. Me gusta porque cuenta historias pequeñas, porque se vende muy bien, porque sus actores son geniales y porque, en esta ocasión ha hecho que hasta Pe, actúe bien cosa que solamente consiguen Almodovar y ella.

Y a pesar de que esta historia está basada en un libro de Philip Roth, me ha gustado. No puedo con Roth, tiene todos los elementos para gustarme, tiene todos los putos elementos para gustarme peor no puedo con él. Acostumbro a leer a gente que como Muakami o Nothomb o incluso Marías y Muñoz Molina que son desoladores, que reflejan una realidad que no tiene futuro ni esperanza y que cuentan historias que me aplastan pero en las que no me involucro. Con Roth no puedo. Roth habla de personas con fisuras, personajes ambiguos en los que todos podemos sentirnos reflejados y en los que te puedes reconocer la mayor parte de las veces. Es como cuando quieres evadirte de la realidad, no ves un telediario, digamos que verías El diario de Patricia. A mi con Roth me pasa eso... no necesito que me digan las fisuras que mi vida o el modo de vida que he elegido conllevan, ya lo sé, si necesito alguna aclaración se la puedo pedir a mi señora madre, no quiero leer un libro en el que pueda descubrir lo hija de puta o perdida que soy... no es necesario, evasión en la lectura por favor... eso es lo que uno busca, vivir otras vidas e historias, que las propias las tengo muy vistas ya.

Por eso tenía bastante miedo de ver la película porque me atraía mucho todo pero al mismo tiempo me daba mal rollo (cada día tengo menos vocabulario) pero quería verla así que, como se me acumulan las pelis, fui a verla. Podría haber pasado sin llorar sin no hubiera sido porque trataba de cáncer y estoy bastante sensibilizada hacia el tema, podría haber soportado los conflictos presentados personales de hipocresías, carencias y necesidades, físicas y espirituales pero, la proximidad de gente que ha perdido a seres queridos, conocidos e incluso un caso en mi familia que no supera la enfermedad y recae frecuentemente en ella me dejaron muerta y sin ganas de hacer otra cosa que hacer que llorar.

Aparte de todo eso, el diseño de producción muy correcto, para eso tiene productora, la casa del personaje podría ser la de cualquiera de las películas de Woody Allen, la música elegida perfecta para encadenar planos e historia y los actores grandes, Dennis Hopper me encantó por lo que supone su recuperación.

Así que vayan a verla, y disfruten, que también se puede disfrutar pasándolo un poquito mal, y si tienen cerca de alguien que quieran y está malo, digánselo, y si se sienten mayores y solos, piensen que la soledad es algo que uno a veces, elije.

3 comentarios:

Mus dijo...

Pos yo la vi y no lloré nada, y ni cerca anduve a pesar de que soy muy lábil para esas cosas.

Me pareció fastidiosa, de esos temas con los que (yo) voy al cine a sufrir. Sin en cambio, sí recuerdo que, dado que el tema me molestaba más que agradaba, me dediqué a ver los aspectos formales de la peli y me gustó mucho, y el Kingsley me pareció inconmensurable, verosímil como pocos.

Y también me gustó la canción de Cohen, probablemente no cantada por él, durante la fiesta de fin de curso.

Y me gustaría tocar el piano.

The Walking City dijo...

No puedo con Penélope Cruz. Dicho lo cual, te comentaré que estoy contigo en lo de entender la literatura como evasión. A mí me pasó con "El talento de Mr. Ripley" de la Highsmith algo parecido a lo que cuentas que te pasa con el Philip Roth, lo leí en una época tremendamente oscura de mi vida y no hizo sino arrastrarme más hacia el abismo... ¡Como si en aquel momento no tuviese bastante!

Ros dijo...

mus: si todos fueramos iguales sería horrible, yo todavía recuerdo cuando era incapaz de llorar en el cine y ahora ya ves...

funsk... hostias... pues a mí ripley me gustó... las 3... pero claro depende de cómo estes... esto lo tenemos que comentar, que me sale la vena maruja...!!!!