2008/12/09

Relato

Miro a través de la cortina y te veo, de espaldas, mirando al infinito mientras sostienes una taza de café caliente en las manos. Tú mientras tanto ausente, a miles de kilómetros de mí, imaginas una vida totalmente diferente.

Ahora ya no estás y el recuerdo de tu presencia es menos doloroso pero la cortina, con sus pliegues, te sigue recordando, y yo, también.

16 comentarios:

Francisco Posse dijo...

Ainnsss, la lluvia :)

Ros dijo...

catartica y regeneradora

Anónimo dijo...

me gusta,..... cuantas veces me he sentido asi? no, en realidad me sigo sintiendo asi
es la lluvia, el momento o simplemente sensaciones que tenemos habitualmente? lo que pasa es que a veces hay que sentarse y sentir,que con este ritmo frenetico de vida, lo mismo nos falta eso,....

Ros dijo...

no jodas ro.... ale, ya me dices qué canciones me tengo que aprender del canto del loco para el concierto.

Manuel dijo...

Tienes exceso de melancolía, suelta lastre.

La que ha caído aquí, me llega la nieve hasta los tobillos y subiendo, glup, que mañana me está dando...

Pd. Me gusta el relato, en pocas palabras cuenta mucho.

Ros dijo...

ayyyyyyyyyyysssssssss que bonito... que nieve que nieve.... pero aquí no.... y le queda poco...

Doublecloth dijo...

Me parece precioso... y sip, no conozco a nadie capaz de sentirse plenamente feliz un día como hoy (bueno si le pasó algo realmente bueno imagino que sip)

Un beso

Ros dijo...

graaaaaaaaacias... la falta de luz que pone ñoña a cualquiera!!!! voy a animarme visitando su casa

Francisco Posse dijo...

También puedes hacer flanes, o un bizcocho :)

Anónimo dijo...

Observo el pliegue de la cortina, sus líneas y sus formas, la manera en que cae y se interrumpe ante mis ojos. Puede ser una locura o una ilusión voluntaria, pero te veo en ella. Tu cara, tu cuerpo, tus ojos, ¡Dios!, ¿cómo puede dibujar tus ojos?. Saboreo el café aún caliente de la taza que sostengo en mis manos y me giro, quiero mirar por la ventana y perder mi mirada en el horizonte. Siento como despiertas y como me espías a través de esa misma cortina que, irónico, hace unos segundos eras tú. Me hago el despistado y te dejo seguir con tu juego, aunque algo dentro de mi me dice que no tienes un buen despertar. La melancolía es una moneda de cambio con un alto interés. Sigo esperando, ausente, mientras imagino el resto del día, siempre junto a ti. Por fin haces un ruido, te has delatado. Muevo la cabeza hacia el lado contrario donde estás, no quiero que resulte demasiado obvio, y finjo prestar atención al desconocido sonido. Aprovechas la ocasión y me sujetas del brazo, casi una caricia, llegando por mi lado indefenso. Has tardado demasiado, pero nunca es tarde sí tú eres el final. Sonrío y te envuelvo junto a mi cuerpo. Me rodeas la cintura y pegas tu cara junto a mi pecho. No sé si estarás o no escuchando, pero mi sangre canta para ti. Pasan unos segundos, casi eternos, y te oigo sonreír. El día cambia. Los dos miramos por la ventana y yo bebo otro sorbo de café.

Ros dijo...

dios yo quiero eso... no lo que he escrito yo!!!! anónimo gracias por cambiar el rumbo del día, excelente relato. lástima que sea anonimo

Señor Werty dijo...

Mmmm los pliegues de la cortina me recuerdan la forma que dejan cuando te escondes detrás.

Sau2

The Walking City dijo...

No te infravalores, Halo, somos muchos a quienes nos encantan las frases y los relatos como ráfagas de metralleta. Cortos. Contundentes. Fulminantes. Sin concesiones. Al meollo, vamos, la floritura barroca para el Siglo de Oro.

Ros dijo...

ains, me he emocionao!!!! por eso y porque vuelve blur!!!!

isobel dijo...

mira que me gustan tus relatos, besos

Ros dijo...

a mi tus cuadros :)