2009/07/05

El hombre invisible

La imagen me la regaló Paco que sabía que me iba a encantar... y así fue

Si fuese posible diluirse entre el grupo, cualquier grupo, no habría que sufrir más que la causa general, de ahí que existan las agrupaciones, las minorías, las mayorías, las diferentes formulaciones de nosotros. No es un sufrimiento menor, pero es uno compartido que nos ampara al menos a la hora de asumir responsabilidades. La percepción solitaria (que no única, ni desde luego más sublime, pues no viene al caso darle un peso diferente a la percepción de una comunidad que a la de un individuo) nos regala la desconcertante sensación de estar entrando en cárceles diminutas construidas a medida y a nuestro alrededor.

Ahora que proliferan las redes sociales, que no parecen sino un modo de compartir la banalidad, me pregunto cuál es la necesidad de saberse presente entre los demás, ya no sólo en la resistencia frente a las grandes injusticias, sino incluso en el mero ejercicio de nuestras distracciones menores.

Si el abrazo colectivo es igual de necesario frente a la dictadura y la miseria en las calles de Teherán que a la hora de compartir las fotos de la escapada del último fin de semana, si una red social vale igual para revolución y botellón, puede que yo, aparte de solo, haya estado muy confundido durante demasiado tiempo.

Ray loriga con guantes - El hombre invisible


P.D. Ya sé que busco lo fácil, refrendar mis pensamientos con las palabras de otros, pero esos otros lo hacen tan bien que es imposible no rendirse ante ellos.

4 comentarios:

Francisco Posse dijo...

Los grupos, asociaciones...ya sea de manera online o presencial :) aislan y te impiden crecer y mirar en todas direcciones antes de hacer nada. Son más cómodos, compartes y repartes la "responsabilidad" de lo que haces.
Yo cada vez filtro más lo que publico, sino después tengo una sensación de pérdida de intimidad que no me gusta nada. Supongo que por eso no le encuentro nada a estas redes.

Cosechadel66 dijo...

La necesidad de compartir con otros, de reflejarse en otros, de aprender de otros, de dar y obtener de otros, no depende de la invención de las redes sociales. Lo único que han hecho estas es multiplicar las maneras de hacerlo y cambiar su forma. A lo que se refiere Loriga, para mi erroneamente es a la capacidad o la falta de capacidad de cada individuo de utilizar ese "vivir en los demás" para el aprovechamiento propio o colectivo.

Carpe Diem

Anónimo dijo...

ray loriga es un autor que ha sido muy importante para muchos lectores.

y se ha descubierto como un tío muy sensato.

Ros dijo...

coque, yo tengo pendiente tokyo no nos quiere... según funks es un must...