2010/03/24

Relato

He salido puntual de la oficina. Esta tarde nadie me podría deterner. Al subirme al coche antes de poner la música del ipod en modo aleatorio he sintonizado las noticias para ver cómo estaba el tráfico. Informaba retenciones en la carretera que hay camino a casa por culpa de un accidente así que he cogido la radial que me ha traído sin problemas y mucho más rápido, solamente he disfrutado de unas cuantas canciones antes de llegar a casa y preparar la cena romántica con la que te estaré esperando. Esta noche tengo todo preparado y nada me puede fallar, sé que la cena no es lo más importante y por eso he puesto toda la atención en esos pequeños detalles que te gustan. Nada puede fallar: esta vez no, es mi última oportunidad y no la pienso desperdiciar. Mientras preparo la ambientación para la velada voy cocinando y me pongo música tranquila que me despeje y centre mi pensamiento en tí. En tí, solo pienso en tí, nada más que en tí: eres una obsesión, una pasión que crece día a día desde el momento en que te conocí. Tengo todo terminado y me doy una ducha relajante que me despeje un poco. El vino está a su temperatura y la noche promete tener un final más que sexual, desconozco si salvaje o delicado, pero sexual seguro. Estoy dejando la comida en el horno y voy hacia el aseo a peinarme cuando recibo una llamada. Eres tú, es tu número, me vas a comentar como siempre que llegas tarde. No cambiarás nunca, y a pesar de todo me da igual. Cojo el teléfono y no eres tú.
-Perdone, ¿con quién hablo?
- Eso debería decirlo yo, no sé quien es usted pero no es el propietario del terminal por el que habla.
- Si, precisamente de eso quería hablarle.
- ¿Quién es usted? pregunto mientras noto como el pulso se acelera y mis nervios se tensan.
- Mire, le llamo desde el móvil que hemos encontrado en el coche de un accidente que ha tenido lugar esta tarde.
Intento recordar ahora el resto de la historia pero soy incapaz, mi cabeza se niega desde entonces a terminar el relato aunque mi corazón piensa que jamás se recuperará de aquel accidente. Recordar la felicidad de los preliminares y quedarme en ella es un bloqueo que mi mente ha decidido llevar a cabo.

4 comentarios:

El mejor profeta del futuro es el pasado dijo...

¡Que triste! ¿Habrá reencuentro en el mundo de los sueños?

Ros dijo...

Seguro, a este paso mueren los dos. En menos de diez horas he visto dos accidentes en la realidad asi que... :)

Markitos dijo...

A quién te quieres cargar, asesina malandrina.

Ros dijo...

pues hoy a bastante gente, no me tientes.