Friska Viljor - Moby Dick

Me gusta la música y, como dice, la canción, los domingos por la tarde es la mejor, de las aficiones. De un tiempo a esta parte (como dice otra canción) se está convirtiendo en rutina el ir a la Moby Dick a disfrutar de un concierto dominguero que te anime el resto de la semana. Esta semana y con la sonrisa puesta tras habernos tomado unas tortitas con nata en el Tommy Mels, nos hemos dirigido a ver a este grupo sueco de sonidos más cañeros en directo que en sus discos que, muy a mi pesar y a las recomendaciones de @lamujertirita, no he escuchado con mucho interés hasta ahora. Rectificar es bueno y, teniendo en cuenta que Suecia nos ha traído Volvo, Ikea, H&M y The Hives aparte de Mando Diao y que todas las bandas que nos visitan lleven unas horribles camisetas interior; está claro que este grupo es de esos que hay que disfrutar en directo para poder decir, sí, he ido a un concierto indie, de sonido indie del bueno de toda la vida y de esos en los que disfrutas desde el minuto 0, guitarra, guitarra y más guitarra y el batería metiendo caña sin parar. Si esperas algo tranquilo y relajado olvídate. Esto es rock.

El cantante ha regalado sonrisas y guiños a todas las muchachas de las primeras filas entre las que nos encontrábamos (y escupía al suelo que queda muy feo) y el bajo ha tocado con los dos brazos escayolados. El otro guitarra llevaba unos pitillo y unas botas así de esas que me gustan a mí de estilo rockero y, el batería, el batería llevaba lo suyo y lo del resto del grupo. No ha parado en todo el concierto. En general el grupo ha empatizado, el público ha respondido y ha sido un concierto más que correcto, estupendo, buen rollo por una y otra parte y una duración tirando a escasa pero que te deja con ganas de volver a verles. Ahora sólo me queda escucharles un poquito más y  voy a empezar con este We Are Happy, que es lo que transmiten, happines.

 También en spotify claro: Friska Viljor – For New Beginnings