Relato

Cogió las gafas disimuladamente. Sentía que, de alguna manera, aquellas gafas le pertenecían. Las guardó en la funda del portátil y desapareció discretamente de la reunión. No sabía por qué lo había hecho pero no había podido evitarlo. Una vez salió del edificio el corazón se le aceleró al simple contacto de la montura.
Atravesó rápidamente el parking y entró en el coche; se sentó en el maletero mientras dejaba el portátil y cogió de nuevo el preciado objeto de deseo. Percibió una ligera descarga y fue hacia la parte delantera del vehículo para tomar asiento. Una vez allí sintió una sensación de alegría y paz propia de quien recupera algo perdido hace mucho tiempo.
En realidad así era. Miró la patilla izquierda, ésa que solía mordisquear de manera inconsciente y por lo que siempre acababan discutiendo y observó la esquina mellada de la parte frontal antes de ajustárselas. La graduación de las lentes había variado pero estaba seguro que eran las suyas... no, la verdad es que no había cambiado... una vez que las lentillas volvieron a su estuche observó que veía la vida a través de sus antiguas gafas como siempre: nítida, clara, serena.

Siempre pensó que le había dicho la verdad, que realmente no sabía dónde había dejado las gafas y que, según sus palabras, cambiar no le iba a hacer daño. En efecto, cambió de gafas, cambió de piso e incluso cambió de pareja, qué remedio. Ahora sonreía y pensaba en algún insulto adecuado pero, sin saber por qué, ya no sentía necesidad de ello, la felicidad de ese momento hizo que ni siquiera se percatara de que la poseedora de las gafas las había dejado a propósito para que él las recuperase. Por fin había cumplido su penitencia.

P.D. ESTO VA DE MAL EN PEOR QUE HACE SIGLOS QUE NO ESCRIBO ASÍ QUE RECUPEREMOS VIEJAS TRADICIONES... ELIJAN TEMA Y YO ESCRIBO ALGUNA TONTERÍA, QUE TANTO ESCRIBIR DE CURRO Y ESTUDIOS ME TIENEN TONTA.