Lo bueno, y a veces lo malo que tiene internet, sus centros de información y sus redes, es que, según tú mismo vayas decidiendo y definiendo tu perfil, encuentras multitud de opiniones que no tienen que ser iguales a la tuya de las que aprender. A través de @torrejon y su comentario de un artículo de Rafael Sánchez Ferlosio donde comenta los efectos de dejar a los niños frente al televisor y la publicidad surgió una diferencia de opiniones de la que han surgido dos entradas, una en su blog, El Corazón Helado y otra la que estáis leyendo (si llegáis a hacerlo vaya). Lo bueno de estas diferencias de opiniones es que están basadas siempre en el respeto mutuo por la opinión del otro y que no tienen ningún afán evangelizador.
Mi opinión se apoya en que, a pesar de ser publicista, apenas he trabajado en agencia y siempre lo he hecho en anunciante pero, cuando alguien se mete con la profesión, me salta la parte corporativa y saco las uñas y eso es lo que pasó cuando leí el artículo. Lo mismo parece una postura muy reduccionista y sesgada (que lo es, claro) pero es la mía y por eso está tan centrada y no se mete en temas ideológicos o económicos porque creo que no puedo hablar de ellos con criterio ni objetividad.
En el artículo se menciona cómo los padres, carentes de tiempo, abandonan a los niños frente a la televisión y, oh Dios mío, los anuncios que en ella aparecen. Pues a mí este argumento me parece pobre y de poco recorrido. Primero porque dentro de poco (si no ocurre ya) serán consolas y ordenadores los que suplanten a la tele y en ellos también hay mensajes que incitan al consumo, así que imagino que el autor se refiere a que no hay que dejar que los mensajes publicitarios lleguen a la infancia... cosa que me parece hipócrita viniendo de un periodista que sabe cómo funciona esto (ahora yo diría algo así como: "pues los periodistas hacen lo mismo de manera encubierta, y venden ideología y jamás darán una mala noticia de sus anunciantes por miedo a perder la cuenta" pero mira, viendo como está el patio, aquí cada uno que se busque la vida porque al final el periodista vuelve a parecerse cada vez más al agente de prensa de hace ya varios siglos cuando iba todo unido y el contenido y la publicidad iban de la mano. Todo esto observando cómo se está desarrollando la profesión y como los dinamizadores de redes incluyen aspectos publicitarios y periodísticos en sus perfiles además de los aspectos puramente estadísticos y de difusión y demás temas que supongan repercusión económica para el anunciante). Segundo porque un niño no debería de abandonarse delante de la televisión o de cualquier otro soporte sin saber qué está haciendo o sin tener el consentimiento de los padres. Ser padre incluye una serie de aspectos a tener en cuenta en la educación del niño e imagino que todo aquel que se decide a tener un hijo es consciente de que no solamente va a tenerlo, sino que además hay que dedicarle tiempo y atención y que no va a poder delegar esta responsabilidad en otros agentes como la escuela, familia (abuelos, cuidadores) o medios de cara a conformar la personalidad y los valores del niño, aspectos básicos estos de cara al adulto futuro.
Se menciona que la publicidad crea necesidades y valores en los niños. No creo que sea cierto. Todos recordamos los anuncios de Ponche Caballero y de Philips donde Carmen Sevilla u otras mujeres de la época, también las que no eran como ella como Teresa Gimpera anunciaban productos en anuncios de marcado carácter machista y nadie pensaría que esto pudiera suceder en la actualidad. La publicidad no crea, sino que recrea y difunde modelos sociales ya establecidos y aceptados en su totalidad. Un ejemplo: ¿cuántos anuncios en la programación genérica de una cadena cualquiera incluyen parejas homosexuales (si lo hacen las series ojo pero no los anuncios). ¿Ninguno, verdad? esto no es casualidad, en publicidad genérica no se menciona nada que no exista ya y esté normalizado. Otro ejemplo que para mí hace que este argumento no sea válido es que la publicidad, de manera totalmente lícita y explícita, trata de captar clientes para las marcas desde que son jóvenes. Sí, esto es cierto, pero lo hacen de frente (y aquí ya se podría hablar del eterno debate de si es peor que me engañe un anuncio o que lo hagan a través de programas de contenidos periodísticos que bajo el paraguas de la información y la objetividad pueden ser más perjudiciales). Se trata de conseguir fidelidad en el consumo y esto no es de ahora, Kellogg's lleva con esa estrategia desde hace décadas y no pasa nada, y El Caserío, Danone y otras muchas marcas de productos de consumo también, lo que pasa es que llama más la atención la de los productos más caros que son los que pueden provocar rechazo o controversia por la necesidad que puede generar (vaya que si el niño pide Danonino se le compra pero si pide unas Nike Air el problema es que es muy caro... pues habrá que enseñar al niño que el Petit Suisse del Hacendado puede ser igual de bueno que el de marca si la situación en casa está complicada).
Dice Ferlosio que la función formativa de la televisión está cada vez más en desuso pero es hay que enseñar al niño a ver y a tener su propio criterio para que éste pueda ver los programas con un espíritu crítico. Esta actividad hay que fomentarla enseñándole diversos programas y, en el caso de la publicidad, llevando al niño a los centros donde se venden los juguetes y enseñándoles la diferencia entre el anuncio y la realidad (de todas formas la legislación aquí si entra y está muy al tanto de las posibles infracciones). Otro punto donde se podría hacer hincapié sería el de contrastar los anuncios de consumo puro y duro con los de fin social, enseñando a los niños las realidades sociales diferentes a la suya que existen en el mundo y que también tiene que pensar en ellas cuando quiera algo (que tanto anuncio de ong también podría tomarse como ejemplo de publicidad que consumen los niños). Volvemos a lo mismo, el consumo de ocio de los niños tiene que estar supervisado por los padres.
El problema que subyace en todo el artículo de Ferlosio es educacional y no me refiero a la educación reglada que se recibe en la escuela (y de la que también se podría hablar y sería un debate ad aeternum) sino a la educación que debe recibir un niño y que no puede dejarse en manos ni de la escuela ni de los medios sino que debe de ser una unión de todos aquellos agentes que configuran la personalidad de un niño y que hacen que éste tenga criterio, unos valores y una personalidad. Esta función está siempre en manos de los padres y, aunque sea difícil, es algo que tienen que plantearse y si quieren que éste tenga una opinión crítica deberán enseñarle a tenerla y para eso van a necesitar tiempo para que distinga el valor de las cosas. Y si el sistema falla, habrá que replantearselo y luchar por cambiarlo, pero en otro foro y con otros argumentos.
Respecto a la ética y la libertad creativa de expresión publicitaria tampoco puedo estar de acuerdo. Los anuncios que se emiten en este país han perdido en frescura y descaro con los años de manera radical. Los años 80 y hasta los 90 fueron estupendos para la creatividad y para reirnos de nosotros mismos. La estupidez de las buenas formas y de lo "políticamente correcto" ha acabado en gran parte con la parte de la publicidad actual y se echa mucho de menos. Feministas protestando por anuncios sexistas, no enseñar un desnudo, no poder publicitar productos que se venden gravados muy mucho por el Estado como tabaco y alcohol y otros detalles que formarían otra entrada hacen que hoy todo sea muy monótono y lineal en cuanto a televisión se refiere, en otros soportes y medios la evolución ha sido increíble eso sí. Hay que compensar y esperar que a Ferlosio u otro periodista no le dé por tocar el tema de la viralidad, las redes sociales, las acciones de guerrilla y demás actuaciones actuales que también ven los niños en su vida diaria.
Lo mejor es pasarse por El Corazón Helado y ver el análisis que él ha hecho, mucho más amplio.
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compromete la decoración de nuestro hogar
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Este invierno solo nos qued...
14 comentarios:
No sabía nada de este hombre desde que leí en EGB "Alfanhuí".
Realmente el tema abre multitud de frentes. Para no desviarme, únicamente son los padres los responsables de educar y trasladar aquellos valores que ayuden a sus hijos a formarse como personas.
Estoy por lo tanto, en desacuerdo con el art. cuando expone "Que no somos libres de educar..". Todo lo contrario, somos libres y nosotros escogemos el camino.
Es simplista, el culpar al sistema,tv o publi de todos los males del mundo.
La publi forma parte de nuestra vida, nos da opciones, información (la que sea), es nuestro trabajo racionalizarla y enseñar a nuestros hijos ha hacerlo.
En cuantos a los límites,como en casi todo, el sentido común, el resto donde la creatividad pueda llegar.
P.D Creo que hay un anuncio de una clínica capilar, en la que sale una pareja gay. (La excepción de la regla)
Gracias por el comentario fenix, que además tu eres padre y es una visión mucho mejor que la mía :)
Que no era anonimo, era yo mismo
Yo creo que todo en la vida educa, porque lo importante no es querer hacerlo, sino que el que ve el mensaje decida que eso le educa.
Vale, perfecto. Todo en la vida educa pero a ciertas edades no sabes que aprendes y si no hay nadie que te genere inquietudes, curiosidades, etc.... corres el serio peligro de no tener una personalidad, ni unos valores ni siquiera un críterio propio, que no tiene por qué ser bueno, solo reflejo de tu persona. De todas formas hay mensajes que no educan pero de los que se aprende.
No creo que casi nunca sepamos que nos educa y que nos forma... aprendemos muchas cosas inconscientemente.
Criterio propio y valores tenemos todos, hasta los asesinos en serie. Un criterio es seguir todas las modas. Aunque puede ser que muchos no conozcamos del todo nuestro propio criterio mas que por los actos. El problema es que valores se tiene, cuales se cree tener (que no tiene por que ser los mismos) y si estos son prosociales.
La publicidad queramos o no educa, y es más sugerente que los padres y madres. Tiene más capacidad de transmitir la publicidad que un padre o un maestro
Criterio propio es muchas veces hacer lo que uno piensa y cree aunque el resto no opine igual y mucha gente adolece de esta cualidad. Los valores y su valor dependiendo de el rol en el que los manifestemos es algo que es inherente al ser humano y es la evolucion personal la que nos hace cambiar.
La publicidad educa, forma, entreteniene, sorprende, hace muchas cosas pero no se la puede culpar de la situación de la infancia ni de la de los padres en la actualidad. Ahora no sé, pero a mí me han influido más mis profesores que los anuncios, incluso aquellos a los que no iba a clase. Creo que puedo decir que la publicidad no ha sido elemento determinante de mi sistema de valores (que estaría obsoleto por otra parte) de la misma manera que por ejemplo, mi madre.
Pues si, pero y el que quiere pensar igual que el rebaño. Tiene opción. No se puede ir siempre contracorriente. Muchas veces también hacemos cosas influidas por presión social, o pro las expectativas que tiene nuestros seres queridos sobre nosotros.
Yo también creo que me han influido más las personas que los anuncios. Pero me compre un iPod por la publicidad, y porque eso te hace cool (todos tenemos un friki dentro, aunque yo criticará esto hace un rato también caigo y lo reconozco). No se trata de quien influye más, sino de si nos influye o no. si no nos influyera no tendría sentido.
Pero todo influye, no empecemos con las teorías deterministas, conductistas y demás porque podemos estar hasta el fin de los días...
Si no es entrar en teorías, pero todo influye y nada se puede aislar. Por eso todo educa, todo vende, todo transmite valores...
depende del tiempo que tengas, podemos estar hablando toda la vida... yo puedo... tu puedes y si empezamos a interralacionar teorías... nos morimos sin llegar a ninguna conclusión. Hay que acotar, ¿no crees?
Buf.... pedazo de tema. Muy amplio, con muchas vertientes..
Dejar a un niño sólo, asi sin más, delante de lo que sea, es ya en si una mala acción. Y no me refiero a la soledad física de manera única, sino a está combinada con la emocional. Responder, preguntar, incentivar... son verbos que todo padre debe aprender. Efectivamente, como dices, la publicidad es un reflejo. En eso estoy completamente de acuerdo. Y deberiamos estar atentos, como padres, a preparar a nuestros hijos para salir a ese mundo. El problema es cuando ese reflejo se vuelve tan insistente y generalizado que termina siendo un enemigo en si mism. Entonces pierde su valor y se convierte en un enemigo. Tu misma, por ejemplo, has dicho que te gustaba más mi blog cuando no pretendía "venderme". Una de dos, o lo hacia mal (el venderme, me refiero), o tu mismo huias de eso que te parecia "simple publicidad" (aviso que el ejemplo de mi blog va con mucho cariño) La publicidad es como todo. Hay buena y hay mala. Pero tambien hay padres malos y buenos, e incluso buenos y malos hijos. Y todos deberiamos intentar que los límites no sean los extremos, sino el sentido común.
Carpe DIem
ya cosecha, pero yo tengo la capacidad de decir basta y no volver a entrar... el desarrollod e esa capacidad (llamándola criterio, o lo que sea) es lo que tienen que potenciar los padres, sino los niños serán unos conformistas de narices. Quien era el del término medio... Aristóteles no? pues eso, la virtud en el término medio
y por supuesto que no me tomo a mal nada faltaría más.
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