El Teatro Real lo había visto por fuera y en fotos por dentro. Tumbada en su césped varias veces eso sí, con y sin resaca. La ópera en general, la he escuchado obligada y a la fuerza mientras estudiaba. Ésa es toda mi experiencia con este género pero ante una invitación de los señores de Mochez referida a que hay cosas que hay que ver y una invitación a disfrutar de Die Tote Stadt, una no puede decir no. Y por supuesto que merece la pena, aunque sea por la novedad, el disfrutar de la puesta en escena, de la orquesta en directo, de las voces de ellos aunque no entiendas si lo hacen bien o mal y la compañía estupenda hacen que una noche en la ópera se convierta en algo más que el título de una película de los Hermanos Max.
En algún momento se me pusieron los pelos de punta. No creo que me convierta en fan de la ópera ni que me vaya a sacar ningún abono pero lo que sí estoy segura es que, si nos siguen recomendando obras como ésta, seguramente me acercaré un poquito más a ella.
La historia de La ciudad muerta es preciosa, triste pero preciosa, y los elementos oníricos muy propios de la época como nos comentaron.
Y ahora como hizo Mocho, a buscar info del autor, que me ha gustado.
Resumiendo, de vez en cuando, es una cosa más que añadir a la lista... no te creas que el gimnasio se incluirá nunca no....
Entradas
2 comentarios:
Me acaba de contar Mocho que os encantó. Y eso que es una ópera de las difíciles, espera que veas una Tosca y verás...
Besitus.
Pues la verdad es que si, con la boca abierta. Además se ha pasado el tiempo volando.
Publicar un comentario