Primos

Diego se va a casar y su novia le ha dejado porque no sabe si le quiere o no. Con este argumento que de racional nos puede ya parecer hasta aburrido comienza la nueva película de Daniel Sánchez Arévalo. Quizás no sea un peliculón como Azuloscurocasinegro, ni tiene esa amargura subyacente que tenía Gordos: no. Primos es una comedia correcta, con unas interpretaciones comedidas en las que no hay momentos de genialidad extrema pero si una continua sucesión de gags, unos más previsibles y otros menos, que hacen que la película se te pase rápida y amablemente. Si tuviera que quedarme con un personaje me quedaría con dos: el de Antonio de la Torre, inmenso como siempre en su interpretación y en la compañía que le hace Raúl Arévalo. Me ha gustado la película, necesitaba reírme y en esta ocasión, acompañada de mi madre, lo hicimos las dos.

Siempre digo que no me gusta leer libros de Philip Roth porque el muy cabrón escribe cosas con las que me puedo sentir identificada y me dejan muy tocada. Con Daniel Sánchez Arévalo me pasa algo parecido: en todas sus películas habla de relaciones, de sentimientos, individuales o no, y en todas y cada una hay un momento en el que te puedes sentir identificado y, sin embargo, la sensación que te deja siempre es optimista, por eso creo que me gusta ver sus películas.

¡Ah! para mi, que no veo Águila Roja, el descubrimiento de Inma Cuesta ha sido muy agradable, es guapísima y, la música, aparte de los temas más conocidos, es de Julio de la Rosa. Primos tiene de todo.