Woyzeck - Teatro María Guerrero

Hace un par de semanas acudimos a ver Woyzeck en el María Guerrero. Con Mayorga versionando y Gerardo Vera a la dirección todo pronosticaba que la obra sería cuando menos correcta. Y más que correcta fue correctísima. La elección de los personajes no dejaba lugar a dudas: Javier Gutierrez es Woyzeck, un hombre pequeño, un personaje pequeño que, en sus manos, adquiere todo el protagonismo que la obra requiere. No era la primera vez que veía a Gutierrez conseguir eso, en Arlequino, servidor de dos amos, el actor también consiguió dimensionar el personaje hasta un punto de presencia impresionante. La mayoría le conoceréis por ser una cara presente en varias series, la última en Águila Roja, y la verdad es que yo, quitando el papel de Los Serrano, apenas he visto nada de él en tele pero es que en teatro el trabajo que hace consigue que te lo creas y que entres en la historia desde el primer momento y que el personaje te caiga simpático. El resto de los personajes que le acompañan en escena no desmerecen ni un ápice tampoco y el ritmo conseguido es bueno y no se hace pesado. La escenografía, por otra parte, es sencilla, como casi todos los montajes del CDN pero versátil, lo que hace que la misma decoración, sin apenas elementos pero con el detalle del piano que ultimamente me encanta ver en las obras de teatro y que parece que está de moda en casi todas las obras. Woyzeck es un drama, el tema hoy sería políticamente incorrecto para los esquemas sociales tan "blancos" que se utilizan en la actualidad pero que reflejan a la perfección de una sociedad no tan lejana. Woyzeck es la historia de un hombre triste, sin muchas aspiraciones, de un hombre que se ve obligado por su destino y que en un momento dado éste le supera. Woyzeck es una triste historia que llega directamente del escenario a tu corazón.