Relatos

Es uno de esos días. De esos días limpios, de esos de anuncio de compresas; se huelen casi las nubes, respiras profundamente y el aire no es capaz de llenar tus pulmones. Es uno de esos días y tu piel lo siente, tu cuerpo reacciona y necesitas algo más. Estás alerta pero nada parece ocurrirte.
Las horas pasan, lentas, caen como las gotas de un grifo mal cerrado en una pila y tus nervios siguen a flor de piel. Las horas pasan y el día también. Es uno de esos días que verás todas las horas del día y creerás que no acaba nunca. Y no acaba nunca porque es uno de esos días que acabará en una larga noche de insomnio.