Los 40 son los nuevos 30. Eso fue lo primero que leí como crítica de After, la nueva película de Alberto Rodríguez, director de 7 vírgenes, película que además, no me gusto mucho en su globalidad pero si partes aisladas. Eso fue lo primero que leí una vez terminada el film porque una está apuntada a notodo.com y ahí había un diario de la película en forma de blog que me gustó desde el principio. No me hace ni puta gracia la broma porque no he visto Pagafantas... pero todo el mundo me la recuerda así que ahí dejé de leer la crítica.
Siguiendo con la costumbre me fui al cine esperando que hubiera gente, no ya de mi edad sino de cualquier edad viéndola, pero no, eramos unas diez personas en la sala y yo que iba sola y tan feliz me encontré allí con una muchacha que no veía hace más de un año (es lo bonito de la aldea, que los raros nos encontramos siempre en los mismos lugares o haciendo las mismas cosas y nos vino bien a las dos que descargábamos los momentos tensos con comentarios sobre experiencias personales).
Me apetecía ver la película por muchos motivos: está Tristán Ulloa (que a las mujeres de mi generación no sé si nos gusta o no, pero yo haga lo que haga es fácil que le siga, siendo actor, director o en teatro... el día que escriba un libro, le pido que me lo firme); además el tema es la desorientación emocional, el "lost in traslation" de la gente After Generación X y oye, es algo que me pilla, de refilón o siendo los post after generation x lo cual es peor aún si cabe. Además la música corre a cargo de Julio de la Rosa, qué más podía pedir: película de perdidos treinta-cuarentañeros colgados con música de gafapastas (en After se consigue reunir a varios personajes de ámbitos culturetas diferentes, o por edad o por ideas, como el propio Julio de la Rosa, Guillermo Toledo de Animalario, los muchachos de Física o Química o un director que ha conseguido cambiar de registro de manera radical en esta su segunda película de larga duración).
La película, con muchos, bastantes pequeños fallos que aquellos que la hayan visto habrán descubierto, tiene para compensar, otros muchos pequeños detalles que la hacen grandes. Tristán Ulloa con camisa Hawaiana, los corazones protagonistas del la película, y otros que son fácilmente reconocibles para dos generaciones, las de los de 40 y la mía.
Y lo grande de la película es que, como su propio director cuenta, consigue reflejar de una manera más que real la dificultad para relacionarse entre mucha gente y el cambio en los modelos sociales de convivencia (quitando las situaciones extremas que entiendo no vive mucha gente).
De los tres personajes uno está casado y los otros dos no pero ninguno es feliz. El triunfador social está emocionalmente vacío y los tres tienen fuertes carencias para ser sinceros consigo mismos y con los demás. Se aferran a la realidad (irreal vaya que tienen unas casas que lo flipas) y la rutina pero, en el momento en que se juntan y reviven una salida como la que hacían hace más de 20 años, pierden el control (esto es como decía una conocida: que tú ves a Leonor Watling moviendose medio borracha y tiene estilo; lo haces tú y das pena ... o risa). Que si, que hay que aceptar tu vida como es y no como quisieras que hubiera sido y hay que ser coherente y vivirla lo mejor que puedas y al máximo pero creo que todos tenemos ese punto de amargura que tan bien reflejan las películas españolas para treintañeros gafapastiles como yo que me las trago todas y que espero que en otras provincias también vayan al cine a verlas porque aunque ahora todo se descargue y se vea en versión original, ir al cine tiene su encanto.
Que lo mismo no tenía que haber ido a ver la película y con ir al Kaña me bastaba y me sobraba, pero además estaba leyéndome también el libro de Lucia Etxebarria, Un Milagro en Equilibrio que trata también de gente perdida o que se siente perdida (como los escritores perdidos que regresaron a América después de las guerras en Europa y no encajaban y se perdían en el alcohol y las drogas y las posteriores depresiones pero vivian aquello que necesitaban vivir) y el tema está recurrente en mi cabeza durante toda esta semana pero no por nada en especial, sino porque todos tenemos ese punto de querer perder el control en algún momento aunque nos arrepintamos al día siguiente o el de madurar... el de conseguir los objetivos marcados, asumir las responsabilidades y ser felices y marcanos nuevos metos y objetivos pero creo que nadie consigue eso sin dejarse algo por el camino.
La historia se estructura como el relato por parte de cada personaje de la noche que los tres salen juntos de fiesta y el punto álgido se refleja en un salto remarcado por una estupenda canción de Micah P. Hinson, señor que me cae mal, muy mal, pero que en esa canción se sale.
Dice Guillermo Toledo a Tristán Ulloa en la película que uno tiene a los 40 la cara que se merece y viendo como vivimos espero que, llegados esos 40, mi cara refleje el haber vivido al máximo las oportunidades que se me ofrezcan y que yo misma genere.
De vuelta a casa pasé por una discoteca a la que iba cuando debía tener 17 años y estaba llena de adolescentes. La verdad es que hacía tiempo que no veía muchos así todos juntos y la sensación que me dió fue la de que estaban taaaaaaaaaaaaan lejos que casi me asustaban.
Esto tiene que contar como sesión terapia seguro pero entre el cambio de estación, los cambios que estoy teniendo en los últimos meses y los cambios que percibo en la gente de mi alredor unido a que no paro de escuchar a tristes y ver películas así, oye, que me ponen de un melancólico subido que para qué.
9 comentarios:
Me la apunto. Ir al cine claro que tiene su punto, y mucho... Además, me acabas de quitar 10 años. Lo que no se es si tengo la cara que me merezco. Eso tengo que pensarlo, la verdad. Lo que creo es que todos nos planteamos una batalla que dura mucho entre los sueños y la realidad que conseguimos, y de los resultados de esa batalla vamos a vivir el resto de nuestra vida, incluyendo, claro, la reflexión que hagamos sobre ello.
Carpe Diem
La queria haber visto ayer pero al final no pudo ser... tampoco forcé la situacion, ya que este tipo de histrias fiel reflejo de la puta realidad, tampoco me motivan mucho... No obstante la pienso ver, ya que estoy seguro de que es una buena peli, aunque triste...
Definitivamente debía haber ido a ver esta peli en lugar de Ágora. Pero el marketing me enguyó esta vez.
Un abrazo y disfruta de la melancolía otoñal.
Muchas gracias a todos por comentar pero vaya, que yo soy fácil de contentar aviso. No creo que sea una película que vaya a gustar a todo el mundo...hay mucho estereotipo recurrente y facilón y mucha situación inverosímil pero en conjunto, a mi me gustó.
Cosecha a mi me parece usted un tipo muy afortunado y contento de su vida, tiene una pareja estupenda ala que adora, unos hijos estupendos y verdaderas pasiones que comparte con los demás. :)
Ay calamarín a eso me refiero... ví hacer poco historias del kronen de nuevo y si me gustó y esta es más o menos la misma historia a otra edad.
Echar un remiendu... amenabar desde la segunda que hizo me da pereza pero como vuelve con mateo gil al final la veré... pero en casa y con el mando en la mano...
La tengo que ver, pero por lo que cuentas. Creo que lo importante no es vivir sino como has vivido,todo. Incluso las "equivocaciones", es lo que nos hace como somos, "no siempre hay que encajar".
Pues a mi no me apetece para nada ir a verla, y eso que dicen está rodada en Sevilla, y que se vio por la Alameda a un Guillermo Toledo luciendo cacha en camiseta interior... Ya entrando en la cuarentena me niego a identificarme con los de mi edad,que son todos unos tristes, pretendo ser atemporal.
fenix pues espero que te guste.
marisabel, Guillermo Toledo está estupendo. Tú tienes 40 pero porque lo dices porque no los aparentas.
Nada nada, 500 días juntos y su banda sonora (excepto la petarde de Carla Bruni).
Infectados, también está bien, pero poco tiene que ver con el tema....
quiero verla, supongo que será un sabor dulce amargo al mostrarte lo que hay ahora bien, todo está en cómo lo cuente... según me cuentas, pinta bien.
Yo, que acabo de cumplir uno más, hablaba que hace muy poco soy plenamente consciente de mi edad, con mi cabeza loca y mis ganas de todo pero consciente que hasta ahora no lo era... una sensación parecida a la que cuentas de la discoteca, "taaaaaaaaan lejos", en fin...
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