Yo antes me reía menos

Pero era mucho más feliz. Ahora me encuentro en situaciones en las que fuerzo la sonrisa mientras respondo a alguien pensado "eres gilipollas y en una de estas vamos a descubrir quien de los dos tiene más aguante porque son las nueve y tu no quieres trabajar todavía  y yo tengo ganas de acabar con esto precisamente porque son las nueve y además  porque, en esto del diálogo, si me lo llego a proponer (y últimamente me lo estoy proponiendo por narices) estoy cogiendo una soltura bárbara, así que venga, dialoguemos y, al final, por aburrimiento o por orgullo para demostrarme que eres mucho más list@ que yo me vas a hacer el trámite que necesito".
Se trata de algo que vas aceptando con el tiempo (creo). Forma parte de esa estúpida convención social de no decir lo que piensas como lo piensas sino de manera políticamente correcta. Personalmente prefiero que las cosas sean claras y directas y a ser posibles que me las digan rápida y claramente. Bien, pues eso no funciona. Tu vas a una oficina, institución ... no sé, hasta la biblioteca de tu pueblo o ciudad, y preguntas algo de manera correcta y escueta y la gente va a tener una actitud de rechazo cuando menos así que, con el tiempo, te conviertes en una sonrisa andante, das muchas más vueltas a las cosas y la gente suele intentar delegar siempre en otra persona o darte largas, eso si no te responde que no tiene ni idea de lo que le estás hablando (verídico, en Hacienda hace 15 días más o menos). Bien, entonces tú respiras y como ya estás hasta las narices de preguntar sonríes y le dices mirándole a los ojos muy despacio y sosteniéndole la mirada: "pues menudo problemón, porque después de haber consultado en X, Y y Z... tú eres la persona que me tiene que solucionar este problema, así que si eres tan amable de consultar o remitirme a algún compañero o superior que pueda hacerlo te estaré tremendamente agradecida. Comprenderás que esto comienza a tener cierta urgencia para nosotros y no puedo postergarlo más en el tiempo". Y sonríes, mucho, pero mucho. Entonces te miran con cara de odio e imagino que consultan en el menú de su programa de gestión y, como por arte de magia... te responden....este mes de enero está siendo taaaaaaaaaaaaaaaaaan largo casi como el cálido verano de William Faulkner

P.D. Hoy he conseguido un certificado de renovación en la oficina de Vivienda en 5 minutos y querían enviármelo por correo porque la gestión la comenzó otra compañera y que luego volviera a las oficinas a firmar.... en una empresa privada quería ver yo no a todos los funcionarios (que también los hay buenos) solo a la que me ha atendido a mí hoy.